Consejos para combatir el estrés


Ante una sobrecarga de tensión, nuestro cuerpo puede responder con una alteración del sistema nervioso y del equilibrio emocional, lo que comúnmente se conoce como estrés. En una medida justa, puede ayudarnos a ser más productivos pero, en otras ocasiones, requiere la ayuda de un especialista ya que puede provocar lesiones físicas (problemas cardíacos, agotamiento, disfunción sexual, artritis dolores musculares, cervicales o de espalda…) o psicológicas (alteración del sueño, deterioro en las relaciones sociales, intentos de suicido…). Es importante saber prevenirlo o controlarlo una vez aparecen sus síntomas.

El estrés puede surgir de múltiples maneras en nuestra vida: por problemas personales, exceso de trabajo, enfermedades crónicas, secuelas de accidentes, consumo de alcohol y drogas… Se trata de un proceso natural del cuerpo humano común que, cuando no es muy intenso, puede combatirse siguiendo al consejos en la rutina diaria. Algunos de ellos son:

  • Dedicar tiempo a uno mismo practicando aficiones, deportes o relajándose en soledad. Esto nos ayudará a relajarnos y salir de la monotonía.

  • Destinar unos minutos al día a respirar despacio y concentrándose únicamente en ese proceso.

  • No obsesionarse con los objetivos profesionales o personales. A veces las metas tardan más de lo previsto en alcanzarse o requieren esfuerzos mayores de los que esperábamos. Hay que ser flexible, plantearse pequeños objetivos y tomarse descansos si nos sentimos agotados.

  • Dormir bien: Entre los innumerables beneficios de un buen descanso diario está la reducción del estrés.

  • Levantarse con tiempo por las mañanas: Evitar empezar el día apurados y aprovechar las mañanas para adelantar cosas. También conviene dejar preparado cada noche lo del día siguiente (desayuno, ropa, bolsa de trabajo, agenda del dia…). Además de ganar tiempo empezarás el día sin agobios.

  • Apoyarse en los demás: A veces queremos abarcar más de lo que somos capaces. Somos humanos y no está de más pedir ayuda a compañeros o amigos.

  • Aprovechar los fines de semana o los días libres para desconectar del trabajo y tomarse un tiempo sin horarios ni obligaciones. Debemos en la balanza las actividades de ocio y las responsabilidades que forman parte de nuestra vida e intentar igualarlas dentro de lo posible.

  • Aprender a decir “no” a la familia y amigos cuando no se tiene energía o tiempo. Ellos lo entenderán.

  • Acudir a un especialista ante cualquier síntoma fuera de lo normal: dificultades respiratorias, taquicardia, mareos, tensión muscular, problemas gástricos, dificultad para dormir… Tu quiropráctico te puede ayudar a mejorar muchos de estos aspectos. Los estudios han demostrado la eficacia de los ajustes quiroprácticos en la reducción del estrés y la ansiedad, así como en el tratamiento de los dolores musculares de espalda y cervicales asi como los dolores articulares que el estrés causa.

En momentos de estrés durante la jornada de trabajo, podemos realizar ejercicios sencillos que nos ayuden a relajar nuestro cuerpo. Durante unos segundos conviene estirar el cuello, los hombros y las extremidades. Además es conveniente tomarse diez minutos de descanso cada hora o dos horas. El quiropráctico en su consulta, te puede orientar sobre estos temas y darte valiosos consejos.

La alimentación también puede ayudarnos a combatir el estrés. En momentos de ansiedad o agobio generamos hormonas como el cortisol o la adrenalina que nos incitan a elegir ciertos alimentos que quizás no sean los adecuados, como es el caso del café, el alcohol, las bebidas energéticas… Si, por el contrario, elegimos alimentos contribuyen a generar una sensación de bienestar manejaremos mejor el estrés. Algunos de estos alimentos son:

  • Alimentos que aportan endorfinas y serotonina a nuestro organismo: chocolate amargo, espinacas, queso, brócoli, alimentos con Vitamina C, almendras…

  • Bebidas calientes: Aumentan la temperatura del cuerpo y nos da una sensación de tranquilidad.

  • Alimentos crujientes: Ayudan a relajar la mandíbula.

  • Alimentos que requieren una digestión más lenta y por tanto, dan energía durante un mayor periodo de tiempo: Cereales, arroz y pan integral, avena…

  • Mucha agua: Es recomendable beber ocho vasos de agua al día.

La tensión física o emocional del organismo ante ciertas situaciones o entornos es más común de lo que creemos. Sin embargo debemos evitar que no se convierta en algo grave o crónico. Para ello ten en cuenta todas estas recomendaciones o consulta a un buen especialista como tu quiropráctico si es necesario.

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